Que todo fluya y que nada influya...
Un día que pintaba como todos, pero que algún ruido venía surgiendo.
El jueves 19 no sé si fue por la crisis del medio año ☺☺☺ o qué? pero después de una pequeña amistosa charla con mi "jefe" decidí que ya no me convenía el trato, que le agradecía el espacio y la naturaleza pero que prefería soltar para que fluya. Al lado mío, y con la frase justa, está parado Frank, compañeros así se valoran, en viaje y en la vida:
-Tranquila, de hambre no nos vamos a morir ...
Listo, el Click.
Y en un abrir y cerrar de ojos, él estaba trabajando de ayudante de cocina (mirando el mar) y yo entre mesera (compañeros de trabajo) y domicilios de masajes.
Cenas divertidas con ojos vendados y volver a mi primer oficio con mezcla de acompañante terapéutico, porque los comensales sin ojos se vuelven mas demandantes como por ejemplo: difícil prender un cigarrillo sin ayuda y un ir al baño después de tres mojitos. Qué aprendizaje volví a pasar en segundos, agradecí nuestra salud de los cuerpos.
En fin, disfrutando porque, yo se que estoy solo temporalmente, esperando a que la mesera oficial le den el alta medico.
Comienza a acercarse la fecha de vencimiento de nuestra visa como turistas, planeamos renovarla no sólo porque todavía no hemos llegado a nuestro objetivo económico para dejar Ecuador sino porque el fantasma de la Policía de Migraciones revuela el pueblo.
Hacen "Razia" dicen, cómo me choca ésa palabra, terriblemente pero algo así es...
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