Amor y Anarquía ...
Al dia
siguiente, fuimos a las Islas Flotantes de los Uros.
Nos
explicaron y nos dieron la bienvenida
como hermanos, diciendo que vivian del turismo y pidiendo colaboración. Aquí si
da gusto, nos vestimos como las mujeres de la comunidad, nos cantaron y me emocioné tanto que me entró
protector en los ojos y cada vez lloraba mas… tampoco era para tanto, pero
realmente sentí amor y ternura en sus miradas.
Nos invitaron a dar una vuelta
en su “Mercedes Benz”. Manejaban sus remos el presidente de la isla que nos
tocó visitar y una compañera; esa imagen me hizo pensar en la igualdad entre el
hombre y la mujer pero inmediatamente no pude con mi genio y les dije a los
hombres que den una mano. Frank fue el primero, “remen!, Remen!” finalmente se
iban turnando, navegando el Lago Titicaca, sin destino porque nuestro
presidente estaba un poco perdido
“No era sin embargo frustración lo que me quedaba como aprendizaje. Por el contrario, sentía que alejándonos de las rutas principales habíamos entrado en contacto con quienes nos recordaban que éramos parte del planeta y nos ayudaban a tener una zona de encuentro. No lejos de esos caminos incas abandonados cabía una arqueología a la inversa. El descubrimiento tenía lugar en nosotros: nos hacía sospechar que debíamos aprender a alejarnos de las autopistas de la conciencia masificada para recuperar los caminos invisibles internos.
¿ Puede el desapego que cultivamos en los
viajes ser una manera de empalmar con una existencia mas sustentable? El mundo
necesita seres humanos mas ligeros, menos depredadores, cuyas ambiciones quepan
en el equipaje de mano, mas sensible a
los atardeceres que a los metros cuadrados. Hay que transformarse en chakra
runas u hombres puente para preparar la pista, o al menos en esos términos lo
habría explicado un inca. - Caminos Invisibles”
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