domingo, 13 de diciembre de 2015

Sincro Cafayate ...

¿ Nos perdimos? Creo que en realidad.... Nos  teníamos que encontrar!!! 

Las historias que se van tejiendo en este viaje tienen inicio, por lo general, en dos actos puntuales: cuando hacemos dedo o cuando vendemos libros*. Cada historia se gesta como una contingencia, y lo que amo, precisamente, es sentarme a mirar hacia atrás y observarme a mí misma pronunciando esos libretos escritos por el destino, siguiendo las veredas indicadas para toparme con ese que será el personaje del siguiente capítulo”  

Laura  – Caminos Invisibles

Sincronías, mágicas sincronías. Gracias sincro destino! Gracias Cafayate!
Si tengo que decir, no tuve la mejor impresión al instante que nos conocimos, veníamos de estadías muy lindas, con referentes importantes y nos vimos solos,  en el Camping sin saber muy bien que hacer, con una ciudad a 1680 mts. calurosa, sin lluvias { porque los señores empresarios de viñedos las espantan con bombas, ya que la vid para crecer necesita  poca agua, en fin} Tuvimos nuestro primer silencio y tiempo fuera de pareja en todo el viaje. Mejor pasemos a la Magia…
Las Fulvias! 

Sincro 1:  De vecina en el camping,en la carpa al lado nuestro , dormían Manuela (Bs. As.) y Fulvia!  Di Roma, bella come me J 
Sincro 2:  Un pelado loco, tío del orto!  en moto llegó desde rosario al norte a celebrar su cumpleaños y a hacer la reunión anual de “Italia 2004”. Conocimos a Martin , fotógrafo, blogger www.matarutinas.wordpress.com, e hincha de independiente que nos acompañó en una "linda" cena.  Abrazo inolvidable y risas extensivas… buena ruta Pela! 


Sincro 3: Definitivamente … prefiero perderme mil veces mas! Una vez mi mamá viajera me dijo, “Cuando vayas a un lugar turístico, no sigas las flechas siempre; en algún momento perdéte y ahí conocerás los verdaderos olores, los ruidos, los colores, la esencia de la ciudad, las personas…” 
Seguimos el consejo, sin planearlo y creo que ahí es donde aparece la magia. Por querer ver las 7 cascadas, terminamos en el patio de una finca cuidada por seres especiales, Franco y Uriel. Guías desinteresados, por el solo hecho de transmitir el amor por la natura, la admiración por el Cerro y el cuidado con delicadeza de cada sector de la pacha, que quizás heredaron de los pueblos originarios, pero de los que todavía no están contaminados por el sistema, por la ambición de la sociedad ni la soberbia del conocimiento legado. Ellos  lo han aprendido, en el monte, en el cerro bien arriba, bien alto… cerca del cielo, en donde todavía existen pueblos originarios que mantienen su idioma, sus tradiciones y que no quieren casi bajar a la “civilización”.

Sincro 4:  Descansamos un día, otra vez nos encontramos solos y desorientados, decidimos poner manos a la obra y caminar la plaza con “Trufas Uruguayas” para amortiguar un poco la estadía. Íbamos entregados, con poca energía, decididos a dejar Cafayate al día siguiente pero … al llegar al centro nos encontramos con nuestro amigo Franco, que al ser fin de semana largo había bajado de su casa a vender hermosas artesanías para poder comprar cosas y no volver pronto a la ciudad turística tan diferente a su mundo interior. Esa misma noche conocimos a una familia hermosa, me llamo la atención con la tranquilidad en su caminar, y al llegar al encuentro se saludan tan cálidamente que se quedan en silencio en un abrazo sentido que repiten con nosotros como si ya nos  hubiésemos cruzado en otro momento.  Gracias a la generosidad de Franco, llevamos nuestro paño tres días, pasando lindos momentos de charlas que siempre quedaran en nuestros corazones.
Frank tiene  nuevos maestros en   macramé,  en fotografía y en todo lo que se le ocurre preguntar;   yo  todavía siento la mano de Jaz  ( mama de Cunturi, niño de picaros ojos  y movimientos escurridizos); llena de confianza para despegar… confiando en el Sincro Destino…




*en nuestro caso, seria cuando nos perdemos, en vez de vendiendo libros.



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