El mar, y él sin miedo |
Usted, Martín
Duvan y Martin
Una
noche tranquila nos sorprenden unos nuevos viajeros, llegan cansados de hacer
dedo, el parce y su compañero de viaje “Martin”, un negro bello de cuatro patas
que para nuestro asombro le tiene miedo
al mar.
Por la
mañana nuestros vecinos consiguieron trabajo, en realidad el parce va a
hacerlos por los dos. Mientras se recorre toda la playa bajo el sol ofreciendo
ceviche y chicharron; su fiel compañero, completamente lo contrario, duerme plácidamente
bajo la sombra cercana a su casa.
Días después,
una vez entrado en confianza, ya se fue para
el otro lado; Martin quería disputarle territorio a todos los perros dueños de cada
sector delimitado perfectamente por su propia marca, (Luna, Zuco, y Angie del
Olas Nocturanas, el pequeño Nicola de Chalan y el gran temido Jasi, de Los
Sauces) luego de un importante pero no menos educado reto hacia Martin y
Duvan, la energía combativa se
transformó en tranquilidad y puro amor!
Un parce transformado en pata
Luego de estar desde el 12 de noviembre recorriendo Perú, imposible que no se le peguen las formas de hablar, tanto que Fernando se dirigía en “Colombiano” – Qué chimba, mi parce, y él respondía en “Peruano” – Habla pe, loco . De ésas noches a oscuras en donde sólo bastan unos instantes para despanzarse de risa.La pipe de la pipol
Esa
nostalgia que se siente cuando alguien se va, será por el cariño compartido de días
o por la transferencia de la propia nostalgia que sentiremos nosotros cuando estemos en el lugar de él, dejando Tuquillo atrás; lugar mágico que nos acobijó
cuando mas lo necesitábamos; para así emprender nuevos caminos y así seguir encontrándonos, re descubriendo nuevos sitios en donde anidar buenos momentos… esto es vivir
en viaje.